
La ciudadanía estadounidense suele considerarse el estatus migratorio más seguro y permanente al que puede aspirar un inmigrante. Es como llegar a la meta final después de un largo camino. Sin embargo, esta permanencia no es absoluta.
Aunque no es común, existen circunstancias en las que una persona puede perder su ciudadanía estadounidense.
En este artículo, exploramos las diferentes situaciones que pueden llevar a la pérdida de la nacionalidad estadounidense y sus consecuencias.
Tres formas de perder la nacionalidad
Existen tres formas principales por las cuales un ciudadano estadounidense podría perder la nacionalidad:
- La desnaturalización forzada
- La renuncia voluntaria
- Los actos de expatriación
Veámoslas una por una.
La desnaturalización forzada
Una forma de perder la nacionalidad estadounidense es la desnaturalización. Para entender de qué se trata, hay que comprender primero qué es la naturalización.
La naturalización es el proceso legal mediante el cual una persona que no nació en Estados Unidos obtiene la ciudadanía estadounidense. Es el camino que siguen millones de inmigrantes para convertirse en ciudadanos con plenos derechos después de cumplir ciertos requisitos, como vivir en el país por un periodo determinado, tener buen carácter moral, pasar un examen de inglés y civismo y jurar lealtad a los Estados Unidos.
Sin embargo, esta ciudadanía adquirida puede ser revocada en circunstancias específicas, un proceso conocido como “desnaturalización”.
A diferencia de otros trámites migratorios que se resuelven administrativamente por el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), la desnaturalización solo puede ocurrir mediante un proceso judicial en un tribunal federal. Esto refleja la seriedad con que se toma quitar la ciudadanía a alguien, ya que la Constitución protege los derechos de los ciudadanos naturalizados casi de la misma manera que los de los ciudadanos por nacimiento.
¿Qué situaciones pueden llevar a la desnaturalización?
La desnaturalización puede darse por distintos motivos:
1. Obtención ilegal de la ciudadanía
Una persona puede perder su ciudadanía si se descubre que en realidad no cumplía con los requisitos para naturalizarse cuando la obtuvo.
Esto se da en casos en que, por ejemplo, la persona no cumplió con el tiempo de residencia necesario en Estados Unidos, no tenía buen carácter moral o no mostró apego a la Constitución de Estados Unidos.
Lo importante aquí es entender que si la persona no cumplía con algún requisito cuando se hizo ciudadana, su naturalización se considera ilegalmente obtenida, incluso si la persona no engañó a las autoridades a propósito.
2. Ocultamiento de un hecho material o tergiversación dolosa
La segunda razón para la desnaturalización se da cuando la persona miente u oculta información relevante durante su proceso de naturalización. Para que se aplique este motivo, la persona tiene que haber ocultado o mentido de forma deliberada sobre algún hecho importante para su caso, y haber obtenido la ciudadanía gracias a esa omisión o mentira.

Estas mentiras pueden ser tanto verbales (durante la entrevista) como escritas (en la solicitud). Es crucial entender, además, que tanto las omisiones (no decir algo importante) como las declaraciones falsas pueden ser motivo de desnaturalización.
3. Afiliación a ciertas organizaciones después de naturalizarse
Una persona puede perder su ciudadanía si, dentro de los cinco años posteriores a naturalizarse, se une o asocia al Partido Comunista, otros partidos totalitarios u organizaciones terroristas.
La ley considera que participar en estos grupos tan poco tiempo después de hacerse ciudadano es una evidencia clara de que la persona ocultó sus verdaderas intenciones o creencias durante el proceso de naturalización, especialmente porque para obtener la ciudadanía se requiere demostrar apego a la Constitución y a los valores de Estados Unidos.
4. Baja deshonrosa del servicio militar antes de completar cinco años
Este caso aplica específicamente a quienes obtuvieron la ciudadanía por servir en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. Una persona puede perder su ciudadanía si se naturalizó gracias a su servicio honorable en las Fuerzas Armadas y luego recibió una baja deshonrosa (o menos que honorable) antes de completar cinco años de servicio honorable.

El razonamiento es que la vía expedita a la ciudadanía por servicio militar se basa en la promesa de servir honorablemente, y si la persona no cumple con esta obligación, puede perder el beneficio obtenido.
La renuncia voluntaria
Otra forma de perder la nacionalidad estadounidense es a través de la renuncia voluntaria.
A diferencia de la desnaturalización, que es un proceso iniciado por el gobierno, a la renuncia voluntaria la inicia el propio ciudadano.
¿Por qué alguien renunciaría a la ciudadanía voluntariamente?
Renunciar a la nacionalidad estadounidense es una decisión seria que algunas personas toman por motivos prácticos y personales. Entre las razones más comunes que impulsan esta decisión se encuentran los impuestos. Estados Unidos tiene un sistema tributario basado en la ciudadanía, no en la residencia, lo que significa que sus ciudadanos deben declarar ingresos globales al Servicio de Impuestos Internos (IRS) aunque lleven décadas viviendo en el extranjero. Esta carga fiscal y la complejidad de cumplir con estas obligaciones desde otro país llevan a muchos expatriados a considerar la renuncia.

Otra razón importante son los compromisos políticos o legales en otros países. Algunas naciones no permiten la doble nacionalidad o exigen renunciar a otras ciudadanías para acceder a cargos públicos, beneficios específicos o incluso para mantener ciertos empleos. En estos casos, las personas pueden verse obligadas a elegir entre su ciudadanía estadounidense y las oportunidades en su país de residencia.
Finalmente, muchos consideran esta opción para obtener beneficios o preferencias específicas en otros países. La ciudadanía estadounidense, aunque valorada mundialmente, puede limitar ciertas oportunidades laborales, el acceso a programas sociales o derechos de propiedad en otras naciones.
Cuando la nueva nacionalidad ofrece ventajas más relevantes para la situación personal o profesional del individuo, la renuncia se convierte en una opción estratégica.
Los actos de expatriación
Además de la desnaturalización y la renuncia voluntaria, existen otras formas de perder la nacionalidad estadounidense.
Se dan cuando la persona (sea ciudadano por nacimiento o por naturalización) lleva a cabo ciertas acciones de forma voluntaria y con la intención de renunciar a la nacionalidad estadounidense.
Estos actos son:
– Obtener la naturalización de un país extranjero, tras haber cumplido los 18 años.
– Prestar juramento o hacer una declaración formal de lealtad a un estado extranjero o a sus subdivisiones políticas después de los 18 años.

– Ingresar o servir en las fuerzas armadas de un estado extranjero, si dichas fuerzas están en hostilidades contra Estados Unidos o si la persona sirve como oficial comisionado o no comisionado.
– Aceptar, desempeñar o ejercer las funciones de cualquier cargo, puesto o empleo bajo el gobierno de un estado extranjero o una de sus subdivisiones, después de cumplir los 18 años, si se tiene la nacionalidad de ese país o si, para dicha función se requiere un juramento, afirmación o declaración de lealtad.
– Cometer cualquier acto de traición contra los Estados Unidos, intentar derrocar al gobierno o tomar armas contra él, si hay una condena por un tribunal militar o federal.
Es importante destacar que la intención de renunciar a la nacionalidad estadounidense es un elemento crucial para que se considere que ha ocurrido la expatriación en virtud de estos actos.
La carga de la prueba recae en el gobierno para demostrar que el acto se realizó voluntariamente y con la intención de renunciar a la ciudadanía.
Las consecuencias de perder la nacionalidad
Si una persona pierde la nacionalidad estadounidense, la consecuencia es que deja de ser ciudadano.
¿Qué implica esto?
Pues que deja de tener los derechos y responsabilidades que conlleva la ciudadanía.
En primer lugar, quien pierde la ciudadanía estadounidense pierde de inmediato el derecho a votar en cualquier tipo de elección en el país.
El pasaporte estadounidense, considerado uno de los más poderosos del mundo por la facilidad de viaje que ofrece, también queda fuera de alcance. La persona deberá viajar con el pasaporte de su otra nacionalidad, si la tiene. Y si necesita regresar a Estados Unidos, tendrá que solicitar una visa como cualquier otro extranjero, sin importar cuánto tiempo haya vivido antes en el país como ciudadano.
¿Y qué pasa si la persona no tiene otra nacionalidad además de la estadounidense? De no tener otra ciudadanía, la persona que pierde la nacionalidad estadounidense podría quedarse sin país, es decir, convertirse en apátrida. Los apátridas enfrentan grandes dificultades para actividades básicas como abrir una cuenta bancaria, conseguir trabajo legal, acceder a servicios de salud o viajar al extranjero. Por esta razón, es crucial para cualquier persona que enfrente un proceso de desnaturalización evaluar su situación respecto a otras nacionalidades.

En cuanto al estatus migratorio, si la persona vive en Estados Unidos y pierde su ciudadanía, necesitará tener otro estatus legal para permanecer en el país. De lo contrario, pasaría a ser considerada indocumentada y podría enfrentar un proceso de deportación.
Los beneficios exclusivos para ciudadanos también se pierden. Esto incluye ciertos programas de asistencia social, algunas becas educativas y la posibilidad de ocupar determinados empleos federales que requieren ciudadanía.
Además, ya no contará con la protección diplomática estadounidense cuando viaje al extranjero, lo que puede ser vital en situaciones de emergencia en países con sistemas legales complicados.
Otro aspecto menos conocido, pero también importante, es que la persona ya no podrá transmitir la ciudadanía estadounidense a sus hijos que nazcan después de haber perdido su nacionalidad.
En el ámbito laboral y social, la pérdida de la ciudadanía puede cerrar puertas. Muchos empleadores, tanto en Estados Unidos como en el extranjero, prefieren o incluso exigen la ciudadanía estadounidense para ciertos cargos, sobre todo aquellos relacionados con seguridad o representación internacional. También se pierde la posibilidad de ocupar cargos públicos o servir como jurado en juicios.

Por último, es fundamental tener en cuenta que, en los casos de desnaturalización forzada (que suelen ocurrir por fraude en el proceso de naturalización o por actividades contra la seguridad nacional), la persona podría enfrentar no solo la pérdida de su ciudadanía sino también procesos penales adicionales, según la gravedad de los hechos que llevaron a la desnaturalización.
Conclusión
La ciudadanía estadounidense, aunque es considerada la meta final en el camino migratorio, no siempre es permanente e inamovible. Ya sea por desnaturalización forzada, por renuncia voluntaria o por actos de expatriación, existen diversas circunstancias que pueden resultar en la pérdida de este preciado estatus.
Las consecuencias de esta pérdida son profundas y afectan todos los aspectos de la vida, desde la capacidad para viajar y trabajar hasta los derechos políticos y la protección diplomática.
Por ello, tanto quienes consideran renunciar voluntariamente como quienes mantienen vínculos con otros países deben informarse adecuadamente sobre las implicaciones legales de sus acciones. La ciudadanía, como cualquier derecho valioso, conlleva responsabilidades y puede perderse si no se comprenden y respetan las reglas que la sustentan.
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