Si temes regresar a tu país de origen por razones de seguridad, probablemente has considerado solicitar asilo en Estados Unidos. Y con razón: el asilo ofrece numerosas ventajas, como la posibilidad de obtener un permiso de trabajo, la residencia permanente, solicitar beneficios para familiares y, eventualmente, la ciudadanía estadounidense.
Pero ¿qué sucede si tu solicitud de asilo es rechazada? ¿O si no calificas para asilo por haber esperado más de un año desde tu llegada a Estados Unidos?
En estos casos, existen otras dos opciones de protección que podrías considerar: la retención de la expulsión y la protección bajo la Convención contra la Tortura.
En este artículo, te explicamos en qué consisten estos dos alivios migratorios, cómo puedes solicitarlos y qué beneficios ofrecen.
¿Por qué pedir estas protecciones además del asilo?
Aunque el asilo es generalmente la mejor opción por los amplios beneficios que ofrece, es una buena estrategia solicitar también la retención de la expulsión y la protección bajo la Convención contra la Tortura al mismo tiempo.
¿Por qué?
Porque si no te conceden el asilo, el juez o funcionario de inmigración considerará automáticamente estas otras formas de protección.
Piénsalo como tener un plan B y un plan C para evitar la deportación. Si tu meta principal (el asilo) no funciona, estas alternativas pueden ser tu salvavidas para permanecer legalmente en Estados Unidos.
RETENCIÓN DE LA EXPULSIÓN
La retención de la expulsión es una forma de protección migratoria que impide que el gobierno estadounidense te deporte a un país donde podrías enfrentar persecución.
– Quién puede solicitarla
Para calificar para la retención de la expulsión, debes demostrar que:
- Es más probable que no (más del 50 % de probabilidad) que serás perseguido en tu país de origen.
- La persecución será por tu raza, religión, nacionalidad, opinión política o pertenencia a un grupo social particular.
- El daño vendría del gobierno o de un grupo que el gobierno no puede o no quiere controlar.
– Retención de expulsión vs. asilo: pros y contras
La retención de la expulsión tiene una gran ventaja respecto del asilo: no hay plazos para solicitarla. Puedes solicitarla en cualquier momento, incluso si llevas más de un año en Estados Unidos.
Además, no es discrecional. Esto significa que, si cumples con los requisitos, el juez está obligado a concederla.
En cuanto al estándar para la aprobación, en el caso de la retención de expulsión es más difícil. Mientras que el asilo requiere “temor fundado”, la retención requiere probar que es “más probable que no” que serás perseguido. Para el asilo, alcanza con que la chance de persecución sea del 10 %, mientras que para la retención de la expulsión tiene que ser mayor al 50 %.
Otras desventajas son que la retención de la expulsión no conduce a la residencia, no te permite pedir a tus familiares y no te da la posibilidad de viajar fuera del país pidiendo un permiso de viaje. Todas estas cosas sí las tienes con el asilo.
– Proceso de solicitud
La solicitud se realiza mediante el mismo formulario que para el asilo (I-589).
Se solicita durante el mismo proceso en que pides asilo, como una alternativa si este es denegado.
Sí es importante tener en cuenta que la retención de expulsión solo puede ser concedida por un juez de inmigración, no por un oficial de asilo del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS). Por eso, va a ser una alternativa viable solo si te encuentras en proceso de asilo defensivo o si tu caso es remitido a un tribunal tras un asilo afirmativo. Es decir que no puedes presentarte espontáneamente ante USCIS para solicitar una retención de expulsión.
PROTECCIÓN BAJO LA CONVENCIÓN CONTRA LA TORTURA (CAT)
Esta protección se basa en un tratado internacional que prohíbe enviar a alguien a un país donde probablemente sería torturado.
Es la última línea de defensa para quienes no califican para asilo ni retención de la expulsión, incluso por razones como antecedentes penales graves.
– Quién puede solicitarla
Para calificar para la protección bajo CAT, debes demostrar que:
- Es más probable que no (más del 50 % de probabilidad) que serías torturado en tu país de origen.
- La tortura sería infligida por funcionarios del gobierno o con su consentimiento o aquiescencia.
Un punto importante: no necesitas demostrar que la tortura estaría relacionada con tu raza, religión, nacionalidad, grupo social u opinión política.
Esta última diferencia es crucial, ya que amplía la protección a personas que temen tortura por razones no contempladas en el asilo o la retención de la expulsión.
Además, esta protección está disponible para personas con antecedentes penales graves, que normalmente no calificarían para el asilo ni la retención de expulsión.
– ¿Cómo se define a la “tortura”?
La CAT define a la “tortura” como “todo acto por el cual se inflija intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia. No se considerarán torturas los dolores o sufrimientos que sean consecuencia únicamente de sanciones legítimas, o que sean inherentes o incidentales a estas”.
– Proceso de solicitud
Al igual que la retención de la expulsión, la protección bajo CAT se solicita ante un juez de inmigración. Para obtenerla, hay que presentar el mismo formulario I-589, marcando la casilla correspondiente a CAT.
No hay plazo para presentar esta solicitud.
– Beneficios de la protección bajo CAT
Si obtienes esta protección, podrás permanecer en los Estados Unidos sin miedo a la deportación, mientras exista el riesgo de tortura.
Podrás además pedir un permiso de trabajo.
No podrás, sin embargo, pedir familiares ni acceder a la residencia permanente.
Conclusión: La estrategia más inteligente
El consejo más prudente para quien teme regresar a su país es solicitar las tres protecciones al mismo tiempo: asilo, retención de la expulsión y protección bajo CAT. Esto se hace en el mismo formulario I-589.
De esta manera, tendrás un plan A, un plan B y un plan C.
Entonces, si calificas para asilo, obtendrás la protección más completa. Si no calificas para asilo (por ejemplo, por haber pasado el plazo de un año), el juez considerará la retención de la expulsión. Y, si tampoco calificas para retención (por ejemplo, por antecedentes penales), el juez evaluará la protección bajo CAT.
Recuerda que estas decisiones pueden tener consecuencias significativas. Si temes regresar a tu país, es altamente recomendable consultar con un abogado de inmigración experimentado para aumentar tus probabilidades de obtener protección.
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