Hace unos meses, nuestro equipó ganó un caso de asilo que parecía imposible.
Se trata de una historia que merece ser contada, porque demuestra que la justicia sí existe y que vale la pena luchar.
La historia de una familia venezolana
Un venezolano valiente, junto a su esposa y sus dos hijos, tuvo que escapar de la dictadura venezolana.
Su “delito” fue expresar públicamente su opinión política en contra de Maduro y participar en manifestaciones pacíficas en 2017.
Como puede ocurrir en Venezuela, esa valentía casi le cuesta la vida.
Fue perseguido por los colectivos chavistas, grupos paramilitares del gobierno encargados de reprimir a los opositores.
Le dispararon dos veces: una bala le dio en la mano y otra en el costado izquierdo del cuerpo. Milagrosamente sobrevivió, pero sabía que ya no podía quedarse a vivir allí.
En 2018 logró salir del país.
Primero llegó a Perú, como tantos otros venezolanos, pero tampoco pudo establecerse allí.
Finalmente, buscó refugio en los Estados Unidos, soñando con lo mismo que todos queremos: protección, paz y una oportunidad para vivir sin miedo y sacar adelante a su familia.
Un caso difícil en una de las cortes más duras
Este caso fue especialmente complicado porque se presentó en una de las cortes con tasas de aprobación más bajas del país: la corte de Sterling, en Virginia. Ahí, solo el 27 % de los solicitantes de asilo logran ganar.
En otras palabras, de cada diez personas, solo dos o tres obtienen protección. Sin embargo, en nuestro equipo no nos dejamos intimidar por los números: los enfrentamos con preparación y estrategia.
El caso fue defendido por el abogado Raúl Ruvalcaba, exfiscal de ICE y actual miembro de nuestro equipo. Raúl preparó el expediente con el rigor y el compromiso que nos caracteriza.
Contábamos con documentación sólida, testimonios coherentes y un reporte médico que confirmaba las heridas de bala sufridas por el solicitante.
La evidencia era clara y contundente. El trabajo fue profesional y el resultado, gracias a Dios, fue otro asilo aprobado.
Una victoria que vale doble
Un dato importante: el fiscal del gobierno ni siquiera apeló la decisión, lo que demuestra la solidez del caso.
Este tipo de resultados no ocurren todos los días, y por eso vale la pena celebrarlo.
Esta victoria no se debió a la suerte. Se logró gracias a la preparación y el compromiso.
El asilo es difícil, pero no imposible
A quienes están atravesando una situación similar, queremos decirles algo importante: no están solos.
El proceso de asilo es difícil (quien diga lo contrario está mintiendo). Hay que batallar, prepararse y actuar a tiempo.
Muchos casos se pierden porque la solicitud se presenta tarde, se pierde evidencia o se rompe el contacto con los testigos. El paso del tiempo puede jugar en contra.
Pero, como demuestra este caso, sí se puede ganar. Incluso en las cortes más estrictas.
Así que no pierdas la esperanza.
Si estás huyendo de la persecución, si tienes miedo de volver a tu país o conoces a alguien en esa situación, recuerda esto: no estás solo y no es imposible.
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