Si estás pensando en pedir asilo en Estados Unidos, es natural que te preguntes: ¿lo meto ahora o espero un poco?
La respuesta no es tan simple como parece y puede marcar una gran diferencia en tu caso.
La ley dice que tienes que pedir asilo dentro del año desde que entraste al país. Eso es lo que todos ya sabemos.
Pero más allá de cumplir con el plazo legal, hay toda una estrategia detrás de elegir el momento correcto para presentar tu solicitud.
Algunos factores te pueden empujar a empezar el trámite cuanto antes, otros te hacen pensar si no es mejor esperar un poco.
Y no hay una respuesta única que funcione para todos.
Veámoslo.
El plazo del año y sus excepciones
La regla general es clara: tienes que pedir asilo dentro del año desde tu última entrada a Estados Unidos.
Este plazo existe porque se supone que alguien que realmente está huyendo de una persecución va a buscar protección lo antes posible. También es una cuestión práctica: cuando solicitas pronto, tus pruebas están frescas, tu memoria de los hechos es clara y es más fácil verificar todo.
Pero la vida no siempre es tan ordenada. Por eso existen excepciones a esta regla del año. Las dos principales son: cambios en las circunstancias y circunstancias extraordinarias.
Si calificas para alguna de estas excepciones, puedes presentar el asilo después del año.
Pero ojo: tienes que hacerlo dentro de un tiempo razonable después de que ocurrió el cambio o se resolvió la circunstancia que te impedía actuar. No puedes demorarte indefinidamente.
Además, aunque califiques para una excepción, no vas a saber si de verdad te la concederán hasta que ya estén escuchando su caso en la corte. El juez decidirá si las circunstancias realmente sean extraordinarias. Así que siempre existe un riesgo en esta situación.
Por eso, el plazo de un año es la primera limitación de tiempo importantísima que hay que tener en cuenta.
Para leer más sobre este tema, te recomendamos el artículo: “¿Qué pasa si no meto el asilo antes del año?“.
El reloj de asilo y el permiso de trabajo
Otro factor que hay que evaluar seriamente es el del permiso de trabajo y el reloj de asilo.
¿De qué se trata?
Cuando presentas tu solicitud de asilo, se activa algo llamado “el reloj de asilo”. Este es un contador de días que empieza a correr desde que tu solicitud está completa. El reloj es importante, porque determina cuándo puedes pedir tu permiso de trabajo.
La mecánica es así: cuando el reloj llega a los 150 días, puedes presentar la solicitud de autorización de empleo. Y cuando llega a los 180 días, ya puedes recibir el permiso de trabajo. Esto significa que, si todo va bien y no hay demoras, podrías tener tu permiso de trabajo unos seis meses después de presentar el asilo.
Por eso, presentar el asilo rápido tiene una ventaja clara: activas antes el reloj y puedes llegar a trabajar legalmente más pronto. Esto es importante sobre todo si necesitas un ingreso para mantenerte mientras esperas la decisión sobre tu caso.
Para saber más sobre el reloj de asilo, te sugerimos el artículo “Todo sobre el reloj de asilo“.
Presentar rápido: ventajas y riesgos
Pedir el asilo apenas llegas a Estados Unidos tiene sus beneficios.
El más obvio es que el reloj del permiso de trabajo empieza a correr de inmediato. Si necesitas trabajar legalmente para sostenerte, esto puede ser decisivo.
También evitas el riesgo de que se te pase el plazo del año y después tengas que explicar por qué no lo hiciste a tiempo.
Además, cuando presentas con tu estatus de turista todavía válido, estás en una posición más fuerte desde un punto de vista legal. No has violado ninguna ley de inmigración y eso juega a tu favor.
Pero presentar muy rápido también tiene sus riesgos.
Uno de los principales es que quizás no hayas tenido tiempo suficiente para reunir toda la evidencia que necesitas para tu caso. Los documentos de tu país pueden tardar en llegar, los testimonios hay que prepararlos bien, y todo eso requiere tiempo. Si presentas con un caso débil porque te apuraste, las chances de que te lo nieguen aumentan.
Y aquí viene un problema técnico que mucha gente no conoce. Si presentas el asilo mientras tu visa de turista todavía está válida y te lo niegan en la entrevista con USCIS, tu caso no pasa automáticamente a la corte de inmigración. ¿Por qué? Porque todavía tienes un estatus legal.
Entonces simplemente te quedas como turista hasta que tu visa expire. Recién cuando venza tu estatus es que, si el oficial que te haga la entrevista de asilo lo considera necesario, tu caso podría pasar a la corte.
Esto puede ser un problema serio.
Imagina esta situación: una persona llega a Estados Unidos con visa de turista y, durante su estadía, pasa algo grave en su país que la lleva a decidir pedir asilo en lugar de regresar. Si USCIS niega su solicitud mientras la visa todavía está vigente, el caso no se enviará automáticamente a la corte de inmigración.
En ese momento, la persona queda en una especie de “limbo legal”: no puede seguir con su caso ante el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), pero tampoco puede continuarlo frente a un juez. Eso puede complicarle las cosas, porque podría tardar mucho en lograr que su caso llegue a la corte y, mientras tanto, no tendría derecho a solicitar un permiso de trabajo.
Además, el sistema de USCIS usa algo que llaman “último en entrar, primero en salir”. Esto significa que las solicitudes más recientes se programan primero. Si presentas muy rápido, es posible que te llamen a la entrevista en 45 días o incluso menos. Para algunas personas esto es bueno, porque resuelven rápido. Pero para otras puede ser un problema si todavía no están listas para defender su caso de forma adecuada.
Esperar un poco: ventajas y riesgos
Por otro lado, demorarte un poco para presentar el asilo también puede tener beneficios.
Te da tiempo para preparar mejor tu caso, reunir documentos fuertes de tu país, conseguir testimonios de gente que conoce tu situación y trabajar con un abogado para armar una solicitud sólida.
No apurarte también te puede dar la oportunidad de asesorarte con un abogado licenciado en los Estados Unidos. Mucha gente comete el gran error de solicitar ayuda de alguien que no es abogado con licencia (como un notario o un llenapapeles), porque se sienten apurados. Hemos hablado del riesgo enorme de este error en otros articulos.
También te permite evaluar mejor si realmente calificas para el asilo o si hay otros caminos migratorios que podrían funcionar mejor en tu situación.
No todos los casos de asilo son iguales. A veces, con un poco más de tiempo, puedes ver el panorama más claro.
Desde un punto de vista estratégico, si esperas hasta que tu estatus de turista esté por vencer o ya venció, y te niegan el asilo en USCIS, tu caso sí pasa directo a la corte de inmigración. Ahí puedes defenderte ante un juez, presentar más evidencia y tener una segunda oportunidad. Para muchas personas, esto es importante porque los jueces tienden a revisar los casos con más detalle que los oficiales de asilo.
Pero esperar también tiene sus riesgos.
El principal es que se te puede pasar el plazo del año sin darte cuenta. Y aunque existen excepciones, no siempre es fácil probar que calificas para una. Vas a tener que demostrar con documentos y explicaciones convincentes por qué no presentaste a tiempo. La carga de la prueba va a recaer sobre ti.
Otro riesgo es que, mientras esperas, las cosas pueden cambiar. Tu situación personal puede complicarse, la situación en tu país puede mejorar y eso debilitar tu caso o las políticas de inmigración en Estados Unidos pueden volverse más estrictas. Nada de esto se puede predecir con certeza.
Y, por supuesto, mientras más tardes en presentar, más tarde va a empezar tu reloj de asilo y más tiempo vas a tener que esperar para tu permiso de trabajo. Si necesitas trabajar legalmente con urgencia, esta demora puede ser difícil de manejar.
Factores personales que influyen en la decisión
La decisión de cuándo presentar el asilo no se puede separar de tu situación personal.
No es lo mismo para alguien que llegó con buenos ahorros y puede mantenerse un tiempo sin trabajar, que para alguien que necesita un ingreso urgente.
Tampoco es igual para quien tiene familiares en Estados Unidos que pueden ayudarlo mientras espera, que para quien está completamente solo.
Tu tolerancia al riesgo también juega un papel. Algunas personas prefieren actuar rápido aunque el caso no esté perfecto, porque no soportan la incertidumbre de esperar. Otras prefieren tomarse su tiempo para preparar todo bien, aunque eso implique vivir más tiempo en un limbo legal.
La fuerza de tu caso es otro factor clave. Si tienes evidencia clara y contundente de persecución, documentos oficiales que lo prueban y testigos que pueden hablar por ti, quizás no necesitas tanto tiempo de preparación. Pero si tu caso es más complicado, con persecución que es difícil de documentar o que viene de actores no estatales, vas a necesitar más tiempo para armarlo bien.
También importa de qué país vienes. Si tu país está en una situación política o social que está empeorando rápidamente, eso puede jugar a tu favor, porque las condiciones son obvias. Pero si vienes de un país donde la situación es más estable y tu persecución es individual y específica, vas a necesitar más evidencia particular de tu caso.
La calidad del apoyo legal que tienes disponible es fundamental. Si tienes acceso a un buen abogado de inmigración desde el principio, él puede ayudarte a evaluar cuándo es el mejor momento para presentar según las particularidades de tu caso. Si no tienes ese apoyo todavía, quizás conviene darte un tiempo para encontrarlo antes de lanzarte a presentar la solicitud.
La importancia de pensar a largo plazo
Cuando evalúas cuándo presentar el asilo, no pienses solo en el corto plazo.
Piensa en todo el proceso que viene después. Si presentas y te niegan en USCIS, ¿estás preparado para defender tu caso en la corte? ¿Tienes los recursos y el apoyo para un proceso que puede durar años?
Algunos piensan: “voy a presentar rápido para activar el reloj del trabajo, y si me niegan ya veré qué hago”. Pero la realidad es que una negación en USCIS queda en tu expediente y el juez la va a ver. Si te negaron porque tu caso estaba mal preparado o tenía inconsistencias, va a ser más difícil convencer después al juez de que sí calificas para asilo.
Por otro lado, si esperas demasiado pensando en preparar el caso perfecto, puedes perder el derecho a pedir el asilo si se te pasa el año y no calificas para ninguna excepción. O puedes quedarte tanto tiempo sin poder trabajar legalmente que tu situación económica se vuelve insostenible.
La clave está en encontrar el equilibrio. No presentar tan rápido que tu caso esté mal armado, pero tampoco tan tarde que te pongas en riesgo legal o económico.
Cada caso es diferente
Si hay algo que debes sacar en claro de todo esto es que no existe una fórmula única que funcione para todos.
Tu situación es única y la decisión sobre cuándo presentar el asilo tiene que tomar en cuenta todos los factores que mencionamos: tu necesidad de trabajar, la fuerza de tu evidencia, tu estatus migratorio actual, tu tolerancia al riesgo, tu situación familiar, las condiciones en tu país y muchos otros elementos.
Deja un comentario