Sufrir lesiones que te causan daños físicos, emocionales o psicológicos es una experiencia difícil, sin importar dónde ocurra.
Pero cuando vives en Estados Unidos como inmigrante, enfrentar esta situación puede sentirse todavía más complicado.
Quizás te preocupa no conocer bien el sistema legal o temes que tu estatus migratorio pueda jugar en tu contra.
La realidad es que, como decimos siempre, la ley estadounidense te da el derecho de buscar compensación por tus daños, más allá de tu situación migratoria.
Sin embargo, tener el derecho no es suficiente: necesitas poder probarlo.
En el sistema legal de Estados Unidos, las palabras por sí solas rara vez son suficientes. Las compañías de seguros y los abogados de la otra parte van a cuestionar tu versión de los hechos, van a minimizar tus lesiones y van a buscar cualquier inconsistencia en tu historia.
Por eso, la evidencia que puedas reunir y presentar puede marcar la diferencia entre recibir una compensación justa y quedarte sin nada.
- En este artículo, te contamos:
- Qué se considera una lesión personal en Estados Unidos
- Por qué la evidencia es clave para ganar tu caso
- Qué tipo de pruebas necesitas reunir
- Cómo documentar correctamente tus lesiones y gastos
- Qué debes saber si eres inmigrante y sufres una lesión
Entendiendo qué son las lesiones personales
Antes de hablar sobre la evidencia que necesitas, es importante que entiendas exactamente qué se considera una “lesión personal” en el contexto legal estadounidense.
Este término va mucho más allá de un simple rasguño o moretón. Abarca cualquier daño físico, mental, emocional o incluso a tu reputación causado por la acción u omisión de otra persona o entidad.
Las lesiones personales pueden resultar de muchas situaciones diferentes. Los accidentes automovilísticos representan más de la mitad de todos los casos, pero también están los resbalones y caídas en lugares públicos o privados, la negligencia médica cuando un doctor comete un error, las lesiones laborales en tu lugar de trabajo, el abuso en residencias de ancianos, las lesiones causadas por productos defectuosos, las mordeduras de perros e incluso situaciones como difamación o invasión de privacidad.
Lo que todas estas situaciones tienen en común es que alguien más es responsable de causarte daño, y esa persona o entidad debe compensarte por las pérdidas que sufriste.
Esta es la premisa básica del derecho de lesiones personales: restaurar el equilibrio después de un daño injusto.
Por qué la evidencia es tan importante en un caso de lesiones personales
Cuando presentas un reclamo por lesiones personales, la carga de la prueba recae sobre ti.
Esto significa que eres tú quien debe demostrar dos cosas fundamentales:
- que otra fue legalmente responsable de causarte daño (ya sea por una acción intencional, por negligencia, o por responsabilidad estricta en ciertos casos), y
- que sufriste daños reales como resultado de esa responsabilidad.
Las compañías de seguros no van a creer en tu palabra, así como así. Su negocio se basa en pagar lo menos posible, y tienen equipos enteros dedicados a encontrar razones para negar o reducir los reclamos. Van a decir que tus lesiones no son tan graves como dices, que quizás ya existían antes del incidente o que los daños en realidad no fueron culpa de su asegurado.
La evidencia sólida y bien documentada hace que sea mucho más difícil para ellos cuestionar tu caso:
- Los registros médicos oficiales son más difíciles de disputar que tu recuerdo de lo que el doctor te dijo.
- Las fotografías del lugar del incidente tomadas inmediatamente después son más convincentes que tu descripción de cómo se veían las cosas semanas más tarde.
- Los testimonios de testigos que no te conocen tienen más peso que las declaraciones de tus amigos o familiares.
Además, en muchos casos nunca llegas a juicio porque logras un acuerdo con la compañía de seguros. Pero para llegar a un buen acuerdo, necesitas tener evidencia fuerte que le muestre a la compañía que tu caso es sólido y que perderían si el caso llegara a corte.
La escena del incidente: tus primeros minutos son cruciales
Los momentos inmediatamente después de que sufres una lesión son fundamentales para preservar evidencia. Si estás en condiciones de hacerlo de manera segura, documenta todo lo que puedas antes de que la escena cambie o desaparezca.
Lo primero que debes hacer es tomar fotografías desde todos los ángulos posibles. No te limites a una o dos fotos: toma decenas si puedes.
Si fue un accidente de auto, fotografía todos los vehículos involucrados desde diferentes perspectivas, mostrando tanto el daño evidente como el contexto general. Captura las condiciones de la carretera, las señales de tránsito, las marcas en el pavimento, cualquier escombro.
Si fue una caída en una tienda o en la calle, fotografía exactamente qué causó tu caída: el piso mojado sin señalización, el hueco en la acera, la mala iluminación, lo que sea.
Si te lesionaste por un producto defectuoso, fotografía el producto desde todos los ángulos, mostrando claramente el defecto.
También documenta las condiciones climáticas si son relevantes. Si estaba lloviendo, nevando o había niebla, esto puede ser importante para establecer responsabilidad. Toma fotos que muestren estas condiciones antes de que cambien.
No olvides fotografiar tus propias lesiones visibles tan pronto como sea posible. Si tienes moretones, cortadas, hinchazón o cualquier marca visible, documéntala. Y sigue tomando fotos conforme pasan los días para mostrar cómo evolucionan estas lesiones. A veces los moretones se ven peor días después del incidente, y esas fotos pueden ser muy valiosas.
Los videos también pueden ser muy útiles, porque capturan no solo imágenes estáticas sino el movimiento y el contexto completo de una escena. Si puedes, graba un video recorriendo el lugar del incidente y narrando lo que ves.
La mayoría de los teléfonos modernos guardan automáticamente información sobre cuándo y dónde se tomó cada foto. Esta información puede ser importante para demostrar que las fotos son auténticas y fueron tomadas en el momento y lugar que dices.
Reportes oficiales: la importancia de documentar formalmente el incidente
Dependiendo del tipo de incidente que causó tus lesiones, puede haber diferentes tipos de reportes oficiales que debes obtener. Estos documentos tienen un peso especial porque vienen de autoridades o instituciones, no de ti.
Si tus lesiones resultaron de un accidente vehicular y la policía acudió al lugar, deben haber creado un reporte policial. Este documento va a incluir información básica sobre el incidente: dónde y cuándo ocurrió, quién estaba involucrado, las condiciones del lugar, y muchas veces la opinión del oficial sobre quién tuvo la culpa. Este reporte puede incluir un diagrama que muestra cómo ocurrió el accidente. Pide una copia de este reporte lo antes posible.
Si te lesionaste en tu trabajo, debe existir un reporte de incidente laboral. La ley obliga a los empleadores a documentar las lesiones que ocurren en el lugar de trabajo. Asegúrate de reportar tu lesión a tu supervisor inmediatamente y pide una copia del reporte. No dejes que tu empleador te convenza de no reportarlo, incluso si te dice que puede causar problemas. Tienes derecho a reportar cualquier lesión laboral, y no hacerlo puede perjudicar seriamente tu caso más adelante.
Si te caíste o te lesionaste en una tienda, restaurante, centro comercial u otro establecimiento comercial, pide hablar con el gerente de inmediato y asegúrate de que documenten el incidente. Muchos de estos lugares tienen formularios específicos para reportar accidentes. Pide una copia de ese reporte antes de irte. Si no quieren dártela en ese momento, anota el nombre completo del gerente y pídeles que te envíen una copia.
Si fuiste víctima de negligencia médica, puede haber reportes de incidente del hospital o la clínica. Pide copias de todos los registros relacionados con el tratamiento que causó tu lesión.
Estos reportes oficiales son importantes porque los crea alguien que no tiene interés personal en el resultado de tu caso. Un oficial de policía o un gerente de tienda que documenta lo que vieron tiene más credibilidad que tú mismo describiendo lo que pasó.
Registros médicos: el corazón de tu caso
La evidencia médica es probablemente el elemento más importante de cualquier caso de lesiones personales. Sin documentación médica sólida, es casi imposible probar que sufriste lesiones significativas.
Lo primero y más importante: busca atención médica inmediatamente después del incidente que causó tus lesiones, incluso si no crees que sean graves.
Hay varias razones para esto. Primero, algunas lesiones no se sienten de inmediato, pero se manifiestan horas o días después. Segundo, si esperas demasiado tiempo para ver a un doctor, la compañía de seguros va a argumentar que tus lesiones no eran tan serias o que las causó algo que pasó después del incidente, no el incidente mismo.
Muchos inmigrantes evitan ir al doctor porque no tienen seguro médico o porque les preocupa el costo. Esto es comprensible, pero puede perjudicar tu caso. Existen clínicas comunitarias que ofrecen atención a bajo costo o gratuita.
Una vez que empieces tu tratamiento médico, asegúrate de obtener copias de todos tus registros médicos. Esto incluye los reportes de la sala de emergencias si fuiste al hospital, las notas de cada cita con tu doctor, los resultados de cualquier estudio como rayos X o resonancias magnéticas, los registros de terapia física si la necesitas y las recetas de todos los medicamentos que te dieron.
Si tu lesión es seria, es probable que necesites un reporte médico independiente. Este es un documento preparado por un doctor que examina tu caso específicamente para propósitos legales. Este reporte va a describir tus lesiones en detalle, explicar qué tratamiento necesitas, dar un pronóstico sobre tu recuperación, y opinar sobre si tus lesiones son consistentes con el tipo de incidente que describes. A menudo incluye fotografías de tus lesiones.
Si tus lesiones son tan graves que van a afectarte a largo plazo o permanentemente, este reporte también va a discutir cómo tu vida va a cambiar. Por ejemplo, si ya no vas a poder hacer el mismo tipo de trabajo físico que hacías antes o si vas a necesitar tratamiento médico continuo por años.
No olvides que las lesiones no son solo físicas. Si el incidente te causó ansiedad, depresión, miedo, pesadillas o cualquier otro problema emocional o psicológico, esto también cuenta.
Si estás viendo a un terapeuta o psicólogo, sus notas y reportes también son evidencia importante que debes incluir en tu caso. El dolor y sufrimiento emocional es un tipo de daño compensable en casos de lesiones personales.
Testigos: voces independientes que respaldan tu versión
Los testigos pueden fortalecer tu caso porque ofrecen una perspectiva independiente de lo que pasó. Si alguien vio cómo ocurrió el incidente que causó tus lesiones, su testimonio puede confirmar tu versión de los hechos y hacer mucho más difícil que la otra parte dispute lo que ocurrió.
Si hay testigos en la escena del incidente, acércate a ellos tan pronto como puedas. Pregúntales si vieron lo que pasó y si estarían dispuestos a dar una declaración. Obtén su nombre completo, número de teléfono y dirección de correo electrónico. Si están dispuestos, pídeles que escriban brevemente lo que vieron mientras los detalles están frescos en su memoria.
Es importante entender que los testigos más valiosos son aquellos que no te conocen y no tienen ninguna relación contigo. Un testigo completamente neutral que simplemente pasaba por ahí y vio el incidente tiene mucha más credibilidad que tu amigo o tu primo que también estaba allí. Las compañías de seguros automáticamente asumen que las personas cercanas a ti van a mentir o exagerar para ayudarte, así que sus testimonios tienen menos peso.
Si no pudiste obtener información de los testigos en el momento del incidente, tu abogado puede ayudarte a localizarlos más tarde. Por ejemplo, si el incidente ocurrió en un área con cámaras de seguridad o en un negocio donde trabajan empleados, es posible rastrear a estas personas.
Los testigos no solo sirven para describir cómo ocurrió el incidente. También pueden testificar sobre el impacto que el incidente tuvo en tu vida. Por ejemplo, si un compañero de trabajo puede declarar que antes del incidente siempre llegabas temprano y trabajabas duro, pero después tienes que faltar con frecuencia y claramente estás luchando con dolor, esto ayuda a demostrar cómo las lesiones cambiaron tu vida.
Documentar todos los gastos relacionados con tus lesiones
Más allá de demostrar que el incidente ocurrió y que te lesionaste, necesitas poder probar exactamente cuánto te ha costado esa lesión.
La compensación que puedes recibir depende en gran parte de poder documentar estos costos. En casos de lesiones personales, los daños compensables pueden incluir gastos médicos actuales y futuros, salarios perdidos, ajustes en tu calidad de vida, angustia emocional, dolor y sufrimiento e incluso daños a la propiedad relacionados con el incidente.
Los gastos médicos son los más obvios. Guarda todas las facturas que recibas: del hospital, de las ambulancias si las usaron, de cada visita al doctor, de la terapia física, de los medicamentos, de cualquier equipo médico que hayas tenido que comprar como muletas o un collarín. Si tu seguro médico pagó parte de estos gastos, igual necesitas documentar el costo total porque esto forma parte de tu reclamo.
Pero los gastos médicos no son lo único. Si tuviste que tomar taxis o Uber para ir a tus citas médicas porque no podías conducir, guarda esos recibos. Si tuviste que pagar por ayuda en tu casa porque no podías cocinar o limpiar, documenta esos gastos. Si tuviste que comprar comida preparada porque no podías cocinar, guarda esos recibos también.
Uno de los componentes más importantes de muchos casos de lesiones personales es la pérdida de ingresos. Si tuviste que faltar al trabajo por tus lesiones, tienes derecho a ser compensado por ese dinero que dejaste de ganar. Para probar esto, necesitas documentación de tu empleador que muestre cuántas horas trabajas normalmente, cuánto te pagan y cuántos días tuviste que faltar debido a tus lesiones.
Para muchos inmigrantes, este puede ser un tema delicado, especialmente si trabajan sin documentos o reciben pagos en efectivo.
La buena noticia es que la ley te protege: tienes derecho a compensación por salarios perdidos incluso si trabajas sin autorización. Sin embargo, probar estos salarios puede ser más complicado si no tienes recibos de pago tradicionales. En estos casos, puedes usar declaraciones juradas de tu empleador, registros de depósitos bancarios si te pagan por transferencia o incluso declaraciones de compañeros de trabajo. Un abogado con experiencia puede ayudarte a manejar esta situación.
Si tus lesiones son tan graves que no vas a poder regresar al mismo tipo de trabajo que hacías antes o si vas a ganar menos dinero en el futuro debido a las limitaciones que te quedaron, esto también forma parte de tu reclamo y necesita ser documentado. Para esto normalmente se necesita un experto vocacional que pueda analizar tu situación laboral y calcular cuánto vas a perder en ingresos futuros.
El diario personal: documentar el impacto diario de tus lesiones
Uno de los tipos de evidencia más poderosos, pero menos obvios, es un diario personal donde documentes día a día cómo te afectan tus lesiones. Esto sirve para capturar el impacto real del incidente en tu vida cotidiana, cosas que no aparecen en los reportes médicos fríos y técnicos.
En este diario debes anotar tus niveles de dolor cada día. Describe dónde te duele, qué tan intenso es el dolor, qué lo empeora y qué lo mejora. Anota qué medicamentos tomaste y si te ayudaron o no.
Documenta todas las actividades normales que ya no puedes hacer o que ahora te cuestan mucho trabajo. Por ejemplo, si antes del incidente jugabas fútbol con tus hijos los fines de semana y ahora no puedes, escríbelo. Si tenías un trabajo que requería levantar cosas pesadas y ahora ni siquiera puedes cargar una bolsa de compras, documéntalo. Si solías cocinar para tu familia y ahora alguien más tiene que hacerlo porque no puedes estar de pie por mucho tiempo, anótalo.
También escribe sobre el impacto emocional. Si te sientes frustrado, deprimido, ansioso o enojado por tu situación, documéntalo. Si tienes problemas para dormir por el dolor o por pesadillas relacionadas con el incidente, escríbelo. Si tu relación con tu familia está sufriendo porque estás siempre de mal humor por el dolor, esto también es parte del impacto de tus lesiones.
Anota los eventos importantes que te perdiste por tu lesión: cumpleaños, graduaciones, celebraciones familiares, eventos religiosos. Estos momentos no se recuperan y son parte del daño que sufriste.
Este diario no tiene que ser perfectamente escrito ni estar en un formato especial. Puede ser un cuaderno sencillo donde escribas tus notas a mano cada noche. Lo importante es que sea consistente y honesto, y que empieces a llevarlo tan pronto como sea posible después del incidente.
Consideraciones especiales para inmigrantes
Si eres inmigrante, especialmente si no tienes documentos, probablemente te preocupa cómo tu situación migratoria puede afectar tu caso de lesiones personales. Es importante que entiendas algunas cosas clave sobre esto.
Primero, tu estatus migratorio no debería evitar que busques compensación por tus lesiones. El sistema legal estadounidense se basa en un principio fundamental: las cortes existen para proteger a cualquier persona que ha sufrido un daño, no solo a quienes tienen ciertos documentos. Los tribunales se enfocan en los hechos del caso y en las lesiones que sufriste, no en tu situación migratoria.
Segundo, presentar un reclamo por lesiones personales no va a resultar automáticamente en que seas reportado a las autoridades de inmigración. Tu abogado tiene obligación legal de mantener tu información confidencial. Las cortes civiles que manejan casos de lesiones personales operan separadamente de las autoridades de inmigración.
Sin embargo, es cierto que pueden surgir algunas complicaciones. Por ejemplo, cuando se trata de calcular salarios perdidos, puede ser necesario discutir tu situación laboral. O, si el caso llega a juicio, la otra parte podría intentar usar tu estatus migratorio para cuestionar tu credibilidad, aunque esto no es legal y un buen abogado va a protegerte de estas tácticas intimidatorias.
Por estas razones, es crucial que busques un abogado que tenga experiencia trabajando con clientes inmigrantes. Un abogado experimentado sabe cómo manejar estas situaciones delicadas, cómo proteger tu privacidad y cómo presentar tu caso de manera que minimice cualquier riesgo relacionado con tu estatus.
También debes saber que, en algunos casos, ser víctima de ciertos delitos puede abrirte caminos hacia un estatus legal a través de visas especiales como la visa U. Si tus lesiones fueron resultado de un delito y estás cooperando con las autoridades, vale la pena explorar esta posibilidad con un abogado de inmigración.
Respecto a la documentación, puede ser cierto que sea más difícil para ti obtener ciertos tipos de evidencia. Por ejemplo, si trabajas sin autorización y te pagan en efectivo, no vas a tener los recibos de pago tradicionales. O si evitaste buscar atención médica inmediata por preocupaciones sobre el costo o por miedo, tus lesiones pueden estar menos documentadas de lo ideal.
Un abogado experimentado puede ayudarte a trabajar con estas limitaciones. Existen formas alternativas de probar cosas como tus ingresos perdidos: declaraciones juradas de tu empleador o compañeros de trabajo, registros de envíos de dinero a tu país si mandabas remesas regularmente o incluso declaraciones de familiares sobre tu situación económica antes y después del incidente.
Organizando toda tu evidencia
Reunir toda esta evidencia es solo la mitad del trabajo. También necesitas organizarla de manera que sea fácil de entender y de usar. Un montón desordenado de papeles, fotos y recibos no va a ayudar a tu caso.
Crea un sistema para mantener todo ordenado. Puedes usar carpetas físicas o archivos digitales, lo que prefieras. Lo importante es tener categorías claras: una sección para registros médicos, otra para fotografías, otra para testimonios de testigos, otra para documentos financieros, otra para reportes oficiales.
Dentro de cada categoría, ordena los documentos por fecha. Esto hace que sea fácil seguir la historia de lo que pasó y cómo progresaron tus lesiones con el tiempo.
Para cada documento, escribe una nota breve que explique qué es y por qué es relevante. Por ejemplo, en una factura médica, podrías anotar “factura del hospital por tratamiento de emergencia el día del incidente”. En una foto, anota la fecha, el lugar y qué muestra exactamente.
Es una buena idea mantener tanto copias físicas como digitales de todo. Escanea todos tus documentos importantes y guárdalos en tu computadora. Haz también copias de respaldo en la nube o en un disco duro externo. Los documentos se pueden perder, dañar o destruir, y si eso pasa con tu única copia de algo importante, puede arruinar tu caso.
Cuando te reúnas con tu abogado, lleva una copia de todo organizada en una carpeta. Esto le permite a tu abogado revisar tu caso rápidamente y empezar a trabajar en él de inmediato.
Errores comunes que debes evitar
Muchas personas sin darse cuenta debilitan sus propios casos por no saber qué deben y qué no deben hacer después de sufrir lesiones. Aquí hay algunos errores comunes que debes evitar.
No hables sobre tu caso en redes sociales. Las compañías de seguros y los abogados de la otra parte van a revisar tus cuentas de Facebook, Instagram y otras plataformas buscando cualquier cosa que puedan usar en tu contra.
Una foto tuya sonriendo en una fiesta puede ser usada para argumentar que tus lesiones no son tan graves. Un comentario sobre haber ido a caminar puede ser usado para sugerir que no estás tan limitado como dices. Lo mejor es no publicar nada sobre el incidente, tus lesiones o tu caso.
No des declaraciones a la compañía de seguros de la otra parte sin hablar primero con tu abogado. Los ajustadores de seguros son profesionales entrenados para conseguir que digas cosas que pueden usar para negar o reducir tu reclamo. Pueden parecer amables y comprensivos, pero su trabajo es proteger los intereses de su compañía, no los tuyos.
No aceptes un acuerdo rápido sin consultar con un abogado. Las compañías de seguros muchas veces ofrecen un pago rápido poco después del incidente, cuando todavía no sabes cuán graves son tus lesiones o cuánto va a costar tu tratamiento. Una vez que aceptas un acuerdo, normalmente no puedes pedir más dinero después, incluso si descubres que tus lesiones son peores de lo que pensabas.
No exageres o mientas sobre tus lesiones. Ser honesto es crucial. Si te atrapan exagerando o mintiendo sobre cualquier aspecto de tu caso, destruyes tu credibilidad y probablemente pierdas todo tu reclamo. Si algo no te duele, no digas que sí duele. Si puedes hacer algo, no digas que no puedes. Tu caso debe basarse en la verdad.
No dejes de ir a tus citas médicas o de seguir las recomendaciones de tu doctor. Si faltas a citas o no sigues el plan de tratamiento que te dieron, la compañía de seguros va a argumentar que tus lesiones no eran tan serias o que tú mismo las empeoraste al no seguir las órdenes médicas.
No minimices tus lesiones pensando que no son suficientemente graves. Muchas personas, especialmente inmigrantes, deciden no presentar reclamos porque creen que sus lesiones son demasiado leves para justificar un proceso legal. Este es un error común porque algunas lesiones que inicialmente parecen insignificantes se vuelven progresivamente más debilitantes con el tiempo.
La realidad del proceso legal
Es importante tener expectativas realistas sobre cómo funciona el sistema legal. Los casos de lesiones personales normalmente no se resuelven rápido. Pueden tomar meses o incluso años, dependiendo de qué tan complejo sea tu caso.
El proceso por lo general empieza con una fase de investigación, donde tu abogado reúne toda la evidencia y la analiza.
Luego viene una fase de negociación, donde tu abogado intenta llegar a un acuerdo con la compañía de seguros sin tener que ir a corte.
La gran mayoría de las demandas por lesiones personales nunca llegan a juicio. Después del proceso de investigación, cuando todas las cartas están sobre la mesa, generalmente comienzan las negociaciones para un acuerdo.
Si no se puede llegar a un acuerdo justo, tu abogado puede presentar una demanda formal y el caso avanza hacia el juicio.
Esto involucra un proceso de “descubrimiento” donde ambas partes intercambian información y evidencia, toman declaraciones bajo juramento, y preparan el caso para presentarlo ante un juez o jurado.
Durante todo este proceso, tu colaboración es esencial. Debes responder con rapidez cuando te contacta tu abogado, dar toda la información que te pide, asistir a todas las citas y reuniones necesarias y seguir los consejos que te da.
También debes ser paciente. Aunque quieres resolver tu caso rápido para poder recibir tu dinero y seguir adelante con tu vida, apresurarse puede resultar en que aceptes menos dinero del que mereces. Tu abogado está trabajando para conseguirte la mejor compensación posible. Eso toma tiempo.
Conclusión
Sufrir lesiones personales es difícil, y enfrentar el proceso legal que viene después puede sentirse abrumador, sobre todo si eres inmigrante y no estás familiarizado con el sistema estadounidense. Pero entender qué evidencia necesitas y cómo documentar tu caso te da poder y control sobre tu situación.
La evidencia sólida es la base de cualquier caso exitoso de lesiones personales. Desde los primeros minutos después del incidente, cada fotografía que tomas, cada documento que guardas y cada nota que escribes en tu diario contribuyen a construir un caso fuerte que puede resultar en la compensación que mereces.
No dejes que el miedo o la confusión te impidan buscar justicia. Tienes derechos, y esos derechos no dependen de tu estatus migratorio.
Con la evidencia correcta y el apoyo de un abogado experimentado, puedes navegar este proceso y lograr un resultado justo que te permita seguir adelante con tu vida y tu recuperación.
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