Cuando hablamos de asilo en Estados Unidos, muchas veces pensamos en un adulto que solicita protección y que incluye en su solicitud a sus hijos menores de 21 años, siempre que estén solteros.
Esa situación, por supuesto, existe: si un padre o madre obtiene asilo, puede incluir a sus hijos como beneficiarios derivados o incluso pedirlos después a través del formulario I-730.
Pero hay situaciones muy diferentes que también ocurren con frecuencia: niños o adolescentes que, por alguna razón, no están incluidos en el caso de un adulto. Quizá sea porque viaja con un adulto que no tiene autoridad legal para incluirlo en su caso o porque el menor viaja totalmente solo, por poner dos ejemplos.
¿Qué pasa entonces?
¿Pueden estos menores pedir asilo por su cuenta?
La respuesta es sí, pero el proceso es diferente.
En este artículo, te contamos:
- Los dos tipos de menores que pueden pedir asilo solos
- Qué sucede cuando un menor no tiene padres disponibles
- Cómo funcionan las entrevistas adaptadas para menores
- Qué pasa con el límite de un año para meter el asilo respecto de los menores
- Qué papel juegan los patrocinadores en estos casos
Dos categorías distintas: menores acompañados y menores no acompañados
El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS) distingue entre dos tipos de menores que pueden solicitar el asilo por su cuenta: los menores acompañados y los menores no acompañados.
Los menores acompañados pueden pedir asilo ante USCIS si reúnen las siguientes condiciones:
- Tienen menos de 18 años.
- Quieren tener su propio caso de asilo, separado del de sus padres.
- No están en procedimientos judiciales de inmigración.
La categoría de menores no acompañados es para personas que reúnen los siguientes requisitos:
- Tienen menos de 18 años.
- No tienen un estatus legal de inmigración en los Estados Unidos.
- No tienen un padre o tutor legal en Estados Unidos disponible para darles cuidado y custodia física.
En el caso de menores no acompañados, no importa si el menor está en procedimiento judicial de inmigración.
En resumen, la diferencia entre las dos categorías está en la situación familiar y legal del menor dentro de Estados Unidos.
Un menor acompañado puede pedir asilo por su cuenta, pero solo si no está en un proceso de inmigración y si quiere presentar un caso separado del de sus padres.
En cambio, un menor no acompañado es aquel que no tiene padres ni tutores disponibles para cuidarlo en el país y tampoco tiene un estatus migratorio legal. Por esta razón, el sistema de asilo les da un tratamiento especial: pueden presentar su caso incluso si ya están en proceso de deportación.
¿Es igual el proceso para todos los menores?
Ahora que entendimos que hay dos tipos de menores que pueden pedir asilo por su cuenta, seguro te estés preguntando si el proceso es igual para ambos o si hay diferencias importantes entre ellos.
La buena noticia es que todos los menores, sin importar si están acompañados o no, tienen ciertas ventajas que los adultos no tienen.
Por ejemplo, no tienen que preocuparse por el plazo de un año para aplicar.
Además, las entrevistas se hacen de manera más amigable y apropiada para su edad.
Pero sí hay algunas diferencias importantes.
Los menores no acompañados tienen la ventaja de llevar el caso con USCIS, algo que normalmente es favorable.
También cambia el hecho de si tienen o no un adulto responsable que los esté cuidando en Estados Unidos, lo cual afecta mucho cómo se maneja todo el proceso.
¿Qué pasa cuando un menor llega solo a Estados Unidos?
Cuando las autoridades encuentran a un menor que llegó al país sin compañía de adultos, no lo dejan abandonado a su suerte. Existe todo un sistema pensado para cuidar de estos niños y adolescentes mientras se resuelve su situación migratoria.
Lo primero que pasa es que el menor queda bajo el cuidado de una agencia del gobierno llamada Oficina de Reasentamiento de Refugiados. Esta agencia no es como una cárcel o un centro de detención. Su trabajo es encontrar a alguien responsable que pueda cuidar del menor mientras su caso se resuelve.
¿Quién puede ser ese cuidador? Lo ideal es que sea un padre o madre que ya esté viviendo en Estados Unidos. Si eso no es posible, pueden buscar otros familiares como tíos, hermanos mayores o incluso personas de confianza que estén dispuestas a hacerse cargo. Por supuesto, no le entregan el menor a cualquiera: hacen investigaciones para asegurarse de que la persona realmente puede y va a cuidar bien al niño.
Una vez que encuentran a alguien apropiado, esa persona se convierte en el “patrocinador” del menor. Esto significa que se hace responsable no solo de darle un lugar donde vivir y comida, sino también de ayudarlo con todo lo relacionado a su caso de inmigración. Es como convertirse en su guardián temporal hasta que cumpla 18 años.
Este sistema de apoyo es muy importante porque un menor no puede manejar un caso de asilo completamente solo. Necesita un adulto que lo ayude a entender el proceso, que lo lleve a las citas y que esté ahí para apoyarlo emocionalmente durante todo este tiempo tan difícil.
Cómo son las entrevistas para menores que piden asilo
Cuando un menor (acompañado o no acompañado) pide asilo, la entrevista no es igual a la de un adulto.
Los oficiales que manejan estos casos están especialmente entrenados para hablar con niños y adolescentes, y adaptan sus preguntas teniendo en cuenta:
- la edad del menor;
- cuán bien habla inglés o español;
- de dónde viene, y
- cuánto puede entender de todo el proceso legal.
Durante la entrevista, es normal que el oficial haga preguntas sobre la familia del menor. Por ejemplo, pueden preguntar si tiene padres o un tutor legal, ya sea en Estados Unidos o en su país de origen.
También es común que pregunten si alguien le dio permiso para pedir asilo, aunque es importante saber que, si nadie le dio permiso, eso no arruina automáticamente su caso.
Una de las cosas más útiles de estas entrevistas es que son flexibles. Si el oficial necesita más información que el menor no puede dar por sí solo, puede pedirle permiso para hablar también con su padre, patrocinador o cualquier adulto de confianza que lo esté ayudando. Esto puede ser muy útil cuando el menor no recuerda todos los detalles o cuando pasó por situaciones muy difíciles que le cuesta explicar.
Eso sí, el menor no está obligado a tener un adulto presente durante su entrevista si no quiere. La decisión es suya. Y si el oficial siente que necesita más información sobre los padres o tutores del menor antes de tomar una decisión, puede decidir posponer el caso hasta conseguir esos datos.
Lo más importante es que estas entrevistas están diseñadas para no ser intimidantes. No son como un juicio donde hay un juez y todo es muy formal. El objetivo es que el menor se sienta cómodo para poder contar su historia de la mejor manera posible.
Conclusión
Si un menor llega a Estados Unidos sin sus padres, o no está incluido como derivado en el caso de asilo de un adulto, tiene derecho a solicitar asilo por su cuenta.
El proceso tiene particularidades y protecciones especiales, pero también presenta desafíos, especialmente si no cuenta con representación legal. Por eso, es fundamental contar con asesoría adecuada desde el principio.
¿Quieres iniciar tu caso? Programa una consulta con nosotros aquí.
Deja un comentario