
Si estás pensando en sacar la visa de turista para los Estados Unidos, seguramente te hayas preguntado qué pasa por la mente del oficial consular durante esos breves minutos en que decide tu futuro viajero.
La entrevista consular es un paso clave del proceso de solicitud de la visa. Y suele generar nervios, porque el oficial consular tiene mucho poder de decisión.
En este artículo te cuento las cinco cosas más importantes que el oficial del consulado está pensando al evaluar tu caso.
Conocer estos factores puede marcar la diferencia entre un sí y un no. ¡Muchos solicitantes ven rechazadas sus visas por errores que podrían evitarse fácilmente!
Además, desmiento un mito persistente sobre las visas de turista que confunde a muchos solicitantes.
Sigue leyendo para descubrir estas claves que podrían determinar si pronto estarás empacando para tu viaje a Estados Unidos o tendrás que posponer tus planes.
1. El formulario DS-160 y tu capacidad económica
El formulario DS-160 es el que vas a usar para pedir tu visa de turista (también sirve para otras visas, pero nos enfocamos en la de turista).
Es largo y bastante tedioso de completar, pero hay una parte que los oficiales miran con lupa: tu salario y trabajo actual.
Van a querer saber exactamente:
- ¿Cuánto ganas cada mes?
- ¿Tienes un trabajo estable ahora mismo?
- ¿A qué te dedicas?
¿Por qué tanto interés en tu bolsillo? Simple: quieren estar seguros de que puedes pagar el viaje que estás planeando.
Pensemos en un ejemplo común: el viaje a Disney. Seguro has escuchado de muchas personas que piden visa para ir allí con la familia. Lo que quizás no todos mencionan es que es un viaje bastante caro. Dependiendo del tamaño de tu familia, el hotel que elijas y cuántos días te quedes, puede costar entre 10.000 y 20.000 dólares. Sí, se puede hacer más económico, pero sigue siendo un gasto importante.
Ahora imagina que en tu formulario dices que ganas 300 o 400 dólares al mes, pero estás planeando un viaje de 20.000 dólares… ¿Suena creíble? Probablemente no. El oficial pensará que o estás mintiendo sobre tus ingresos o que en realidad no planeas ir a Disney sino usar la visa para otro propósito.
La clave está en que todo tenga sentido: tus ingresos deben ser coherentes con el viaje que quieres hacer. Si no lo son, las alarmas se encienden.
2. Tu familia en Estados Unidos
¿Tienes familia en Estados Unidos? Esta pregunta parece simple, pero es crucial durante la entrevista de visa.
Cuando hablamos de “familia”, el oficial consular tiene en mente un grupo muy específico: padres, cónyuge (esposo o esposa), hijos y hermanos. Estos son los que realmente les importan.
No se preocupan tanto por la tía que emigró hace años, ni por el primo lejano, ni por Raúl el verdulero amigo tuyo que ahora vive en California. Se concentran en tu círculo familiar más cercano.
Si tienes alguno de estos familiares cercanos en Estados Unidos, el oficial querrá saber exactamente:
- ¿Qué estatus migratorio tienen?
- ¿Son ciudadanos?
- ¿Son residentes permanentes?
- ¿Están indocumentados?
- ¿Tienen algún caso de asilo pendiente?
¿Por qué tanto interés? Porque tener familia cercana en Estados Unidos puede reducir tus posibilidades de conseguir la visa. La lógica es bastante simple: si tu esposa, hijos o padres están allá, podrías tener más motivos para quedarte que para regresar a tu país.

Recuerda que, para una visa de turista, el oficial evalúa tus lazos con tu país de origen. Estos lazos incluyen tu familia, por supuesto. Si gran parte de tu familia ya está en Estados Unidos, tus vínculos con tu país natal parecen más débiles, y aumenta la sospecha de que quieras quedarte permanentemente.
Pero ojo, no estoy diciendo que te negarán automáticamente la visa si tienes familiares allá. Lo que digo es que la probabilidad de obtenerla disminuye.
Y por favor, nunca, NUNCA, se te ocurra mentir u ocultar esta información. Primero, porque mentir está mal. Segundo, porque el gobierno tiene formas de detectarlo (y créeme, lo detectarán). Si descubren que ocultaste información sobre tus familiares, no solo te negarán la visa actual, sino que podrías enfrentar problemas serios con inmigración en el futuro.
Entiendo que hay situaciones complicadas. Quizás realmente no sabes dónde están tus padres o has perdido contacto con tu hermano o incluso con tu cónyuge. Eso puede pasar. Pero la regla de oro sigue siendo: di siempre la verdad, por incómoda que sea.
3. Tu historial de viajes al extranjero
El oficial también va a revisar con detalle tus viajes anteriores a otros países del mundo. Este punto puede jugar muy a tu favor… o en tu contra.
Lo que más les interesa ver son viajes a países desarrollados, especialmente aquellos donde muchos inmigrantes suelen querer quedarse. Hablamos de destinos como Francia, Reino Unido, España, Italia, Canadá, Australia, etc.
¿Por qué? Porque si puedes demostrar que visitaste estos países solo como turista y regresaste a tu país cuando debías, eso es un excelente indicio para el oficial. Le estás demostrando con hechos que respetas las reglas migratorias y que no tienes intención de quedarte ilegalmente en Estados Unidos. Es como decirles: “Mira, estuve en Londres hace dos años por 15 días y volví cuando terminaron mis vacaciones. ¿Por qué habría de quedarme ilegalmente en Estados Unidos si no lo hice en Inglaterra?”.

Por otro lado, hay algunos países que pueden complicarte la obtención de la visa si los has visitado. Por ejemplo, si has estado en Irán o Siria, esto podría generar preocupación adicional. La razón es que estos países tienen relaciones tensas con Estados Unidos, y las visitas a estos destinos pueden activar alertas adicionales durante tu proceso.
No significa que sea imposible obtener la visa si has visitado estos países, pero definitivamente estarás bajo mayor escrutinio y probablemente tendrás que explicar con detalle el propósito de esos viajes.
4. Rechazos de visa anteriores
¿Te han rechazado una visa antes? Este es un punto crucial que el oficial va a examinar con lupa.
Cuando te rechazan una visa en un consulado, no es simplemente un “no” y ya está. El oficial que tomó esa decisión probablemente hizo anotaciones detalladas sobre por qué te la negó. Y adivina qué… el oficial que está evaluando tu nueva solicitud va a leer esas notas con mucha atención.
A veces incluso puede ser el mismo oficial que te rechazó la primera vez. Imagínate el escenario: “Ah, esta persona de nuevo… veamos qué ha cambiado desde la última vez”.
Lo que están buscando es si hay alguna diferencia significativa entre tu situación cuando te rechazaron y tu situación actual. Si no ven cambios importantes, va a ser cuesta arriba conseguir la aprobación. No es imposible, pero definitivamente más difícil.
Ejemplos de cambios en tus circunstancias que pueden jugar a tu favor:
- Si te rechazaron porque estabas desempleado, pero ahora tienes un buen trabajo estable.
- Si antes tenías pocos ahorros, pero ahora tienes una situación financiera sólida.
- Si previamente no tenías propiedades, pero ahora eres dueño de tu casa.
He visto casos de personas a quienes les rechazaron la visa cuatro o cinco veces, ¡y finalmente se la dieron! Así que no pierdas la esperanza. Pero sé inteligente: no vuelvas a solicitarla si nada ha cambiado en tu situación. Estarías gastando dinero y tiempo para probablemente recibir el mismo resultado.
Recuerda que el oficial toma su decisión en cuestión de minutos (a veces segundos). Si ve que todo está igual que antes y ya tienes un rechazo previo, las probabilidades no estarán a tu favor.
La clave está en poder demostrar que algo importante ha cambiado para mejor en tu vida desde el último intento.
5. Tu historial previo en Estados Unidos
Si ya has viajado antes a los Estados Unidos y ahora estás renovando tu visa (o la perdiste), el oficial va a revisar con detalle tu historial de entradas y salidas.
Van a mirar específicamente:
- ¿Cuántas veces has estado en Estados Unidos?
- ¿Cuánto tiempo te quedaste en cada viaje?
Y aquí viene lo interesante: aunque hayas cumplido perfectamente con las reglas (saliendo antes de que venciera tu permiso), quedarte mucho tiempo o viajar muy frecuentemente puede generar sospechas.
Sé que cuando digo esto mucha gente se sorprende: “¡Pero abogado! ¡Yo cumplí con todo! ¿Cómo puede ser un problema?”.
No estoy diciendo que sea automático. Lo que digo es que he visto muchos casos de personas que hicieron todo legalmente –por ejemplo, les dieron permiso de estar 6 meses, se quedaron 5 meses y 20 días, y salieron antes del límite–, pero luego al renovar su visa, ¡se la negaron!
¿Por qué? Porque el oficial sospecha que usaste la visa para otros fines. Tal vez piensa que estabas trabajando ilegalmente (aunque no lo hayas hecho). O quizás, al ser de un país con alta tasa de inmigración ilegal y si eres joven (los jóvenes suelen “dar más problemas” según su perspectiva), simplemente decidió que representas un riesgo.
La dura realidad es que los oficiales, tanto en consulados como en los puertos de entrada, tienen un poder enorme en ese momento. Siempre digo, medio en broma y medio en serio: son lo más cercano a Dios en la tierra cuando están decidiendo tu caso. Si dicen que no, es no. Y hay muy poco que puedas hacer al respecto, especialmente si estás fuera de Estados Unidos.
La frustración es real. Cada vez que hablo de este tema recibo mensajes: “Julio, tenía todo en orden como me dijiste y aun así me negaron la visa”. Sí, puede pasar, porque los oficiales tienen este nivel de discreción y toman decisiones en segundos.
Lo que intento es que entiendas qué está pasando por la cabeza del oficial según la ley, los reglamentos y su entrenamiento. Si te anticipas a sus preocupaciones y presentas tu caso de la mejor manera posible, aumentarás tus probabilidades de éxito.
No es una ciencia exacta, pero conocer las reglas del juego te da ventaja.
El mayor mito: la carta de invitación
Vamos a hablar del gran mito, la leyenda urbana que circula por todos lados y que no sé de dónde salió, pero que sigue viva: la famosa “carta de invitación”.
Sabes de qué hablo, ¿no? Esa carta que supuestamente tu tío, tu prima o tu amigo estadounidense debe escribir, una carta preciosa donde le pide al oficial consular que por favor te dé la visa porque eres una persona maravillosa que solo quiere visitar Disney.
¿Quién inventó esta idea? No lo sé y la verdad es que no sirve prácticamente para nada.
De hecho, me atrevo a decir que podría tener el efecto contrario: poner de mal humor al oficial y aumentar tus chances de que te nieguen la visa.
Piénsalo por un momento: estos oficiales están muy ocupados. Tienen que procesar decenas de solicitudes al día y tomar decisiones importantes que involucran la seguridad nacional. Dedican pocos minutos (a veces segundos) a cada caso.
¿De verdad crees que tienen tiempo o interés en leer cartas de supuestos amigos? Lo que realmente les importa es el formulario DS-160 que ya presentaste. Ese sí lo van a revisar de arriba a abajo, del derecho y al revés.

Además, ¿qué credibilidad tiene una carta de invitación? Cualquiera puede fabricar una. Escribes un texto bonito, inventas un nombre, pones una firma… ¿cómo va a verificar el oficial que eso es real? ¡No puede!
El valor probatorio de esta carta es prácticamente cero. No pierdas tiempo en conseguirla, y definitivamente no intentes mostrársela al oficial durante la entrevista. No solo no te va a ayudar, sino que podría hacer que el oficial piense: “Esta persona cree que me voy a dejar influenciar por un papel sin valor oficial…”.
Hay muchas cosas útiles que puedes hacer para prepararte para tu entrevista de visa. Gastar energía en una carta de invitación definitivamente no es una de ellas.